El viernes 5 de diciembre integrantes, exintegrantes y colaboradores del equipo extensionista del Programa La UNER en contextos de encierro se reunieron en el Encuentro Memorias de intervención, formación y producción de los 20 años de Comunicación Comunitaria en la cárcel.
A partir de realizar dinámicas grupales expresivas y de mirar fotografías recuperaron relatos y retazos de una historia que se sigue escribiendo: los talleres de comunicación y los ciclos culturales que desde la Facultad llegan a las personas privadas de la libertad alojadas en las dos cárceles de Paraná.
Este 2025 fue un año con muchas dificultades pero con las convicciones firmes, con el equipo de extensión llegamos al final de los talleres presentando dos muestras, en las dos unidades penales. Como cada año afirmábamos en el capítulo del libro Hacer comunicación comunitaria desde la Universidad, redefiniciones a partir de la experiencia. Que el “grupo de comunicación” en las cárceles se consolida cuando nos mostramos a otros/as y compartimos lo trabajado en un proceso.
En un contexto muy desfavorable para la universidad pública y quienes trabajamos y estudiamos en ella, y de mayores restricciones para quienes están privados de la libertad, la comunicación fue hilvanando los encuentros semanales hasta llegar a poner en escena lo que nuevamente fue una fiesta comunitaria donde brillaron la alianza entre la radio y el teatro, nuestros grandes lenguajes expresivos y creativos en estos años.
“No es el único momento, pero con seguridad es en éste y en otras instancias festivas (y felices) cuando nos sentimos parte de un ‘nosotros’. Algo se produce en el final del proceso que reafirma lo común. La fiesta tiene mucho de clausura y de apertura a la vez”.
Por eso quisimos festejar la memoria viva de esta comunidad que hemos construido en estos 20 años con quienes han aportado en distintos momentos el proyecto cárcel desde diversos lugares para sostener desde la Universidad Pública el compromiso con el derecho a la comunicación, a la educación y a la cultura de las personas privadas de la libertad.
Sabemos que las comunidades construidas por momentos son efímeras y precarias, pero se siguen sosteniendo, diversificando, creciendo, mientras se corre la voz, tanto en la facu como en los pabellones de las UP, de que hay chamuyo para rato. Y por eso quisimos convocarnos para encontrarnos y celebrar juntos un año más y los 20 de continuidad.
20 años de Chamuyo en números
- Hace 20 años que la Facultad de Ciencias de la Educación entró, con la propuesta del Área de Comunicación Comunitaria, por primera vez, a la cárcel de varones, y 16 años que sostenemos actividades también en la cárcel de mujeres.
- Más de 500 PPL han participado de nuestros talleres en la Unidad Penal 1 y 130 en la Unidad Penal 6.
- Para hacerlo posible y sostenible en el tiempo, el equipo responsable presentó 25 proyectos a distintas convocatorias de la universidad, la secretaría de políticas universitarias, la provincia de Entre Ríos y otras entidades públicas con posibilidad de financiamiento.
- Tenemos convenios entre la facultad y las 2 unidades penales y con la Dirección General del Servicio Penitenciario que se vienen renovando cada 3 o 4 años.
- 80 estudiantes de comunicación social, ciencias de la educación, gestión cultural, trabajo social, psicología y diseño de la comunicación visual, entre otras, han participado de los talleres y actividades culturales.
- Hicimos más de 16 radios abiertas, pintamos 4 murales, produjimos 2 revistas (Chamuyo papel en 2011 y Chamuyo Palomita con 8 ediciones entre 2020 y 2021), fuimos premiados en 2 concursos de fotografía, hicimos 12 obras de teatro, 1 obra de títeres, un ciclo radial en Lt14 Media hora de chamuyo, que transmitía los sábados de tarde y uno de streaming este año, Chamuyo 20, un ciclo de cine en la Unidad Penal N° 6 que tuvo 2 temporadas. Creamos e inauguramos 1 biblioteca, El carrito de las letras, en la Unidad Penal N° 6, en 2012.
- Todo esto fue posible gracias al trabajo en red con 15 organismos públicos, 10 organizaciones de la sociedad civil y 4 escuelas públicas.
- Nuestro ciclo cultural presentó al menos 50 obras de teatro y logramos llegar a unidades penales de Gualeguaychú y Concordia con Las aventuras del Gaucho Calandria. Se sumaron elencos de distintos puntos de la provincia y de todo el país, gracias a las articulaciones realizadas por Paula Righelato, con la Secretaría de Cultura, con el Contier, el Instituto Provincial de Teatro.
- 11 tesis se produjeron a partir de la experiencia o en vinculación con esta línea de trabajo que este 2025 cumple 20 años, además de 12 prácticas curriculares y otras tantas becas de formación.
- En estos años recibimos reconocimientos del INADI, la Municipalidad de Paraná, la Vicegobernación de la Provincia de Entre Ríos.
Pero el principal reconocimiento es el de los muchachos y las chicas a los cuales los talleres no les cambió la vida pero sí les aportó -como han expresado en distintas oportunidades- experiencias distintas a las conocidas en las cuales se sintieron libres, aún estando en la cárcel, y le han aportado algún lindo recuerdo de creación grupal en una etapa de su vida atravesada por el sufrimiento y la soledad. Esto es lo que motoriza a la fábrica de sueños posibles.
El inicio
Todo comenzó cuando un miércoles de 2005 por la tarde -en el lugar habitual de reuniones del Área de Comunicación Comunitaria- se presentó una profesora que quería integrarse a ese espacio: era Lucrecia Pérez Campos, quien dictaba clases en Teorías de la Comunicación.
Contó que tenía ganas de hacer algo en la cárcel, que había participado de ciclos culturales de la Municipalidad de Paraná, que consideraba que en ese espacio había mucho por hacer desde la universidad y que un grupo de muchachos privados de libertad querían hacer radio. Gretel Schneider, que en ese momento era estudiante y estaba haciendo su práctica curricular en el ACC se sumó a su idea y juntas le dieron forma a la propuesta.
En el año 2006 se aprobó un proyecto de Extensión Universitaria consistente en talleres semanales de comunicación -radio y otros formatos comunicacionales- para la Unidad Penal N.º 1, que los participantes llamaron “La Hora Libre”. Con el liderazgo de Lucrecia, la propuesta fue creciendo y tomando diversas formas a partir de la demanda de los “palabreros” -los integrantes del taller-, el equipo se constituyó por docentes, estudiantes y graduados de varias disciplinas y esto permitió que en 2010 se creasen espacios de comunicación comunitaria en la Unidad Penal Nº6 “Concepción Arenal”, la única cárcel de mujeres de la provincia que está ubicada al frente del penal de varones.
Lucrecia lideró el equipo sin perder de vista nunca que lo principal es la escucha y el deseo de las personas privadas de libertad. Jamás le tuvo miedo a incursionar en ningún formato o lenguaje ya que “todo es comunicación” y su trayectoria en la gestión cultural fue abriendo puertas para trabajar y convocar a realizadores, artistas, músicos, actores y actrices.
