Elyan Ajun, en primera persona

Publicado el: 3 noviembre, 2025 Última actualización: noviembre 3, 2025

Es profesora en Ciencias de la Educación por la FCEDU-UNER. Se desempeñó como docente, coordinadora de un área de estudio y asesora pedagógica en Paraná y Santa Fe. Su experiencia, en primera persona.

Elyan Ajun egresó del Profesorado en Ciencias de la Educación de la Facultad de Ciencias de la Educación en 2016. Su recorrido académico y profesional está marcado por la participación, la reflexión crítica y la búsqueda de espacios colectivos de aprendizaje.

Nacida en Israel y radicada desde pequeña en Santa Fe, su vínculo con la educación comenzó mucho antes de llegar a la universidad: “Toda mi vida estuve vinculada a ámbitos de educación no formal, con lo cual la educación fue siempre parte de mí”, recuerda.

Al regresar a Argentina en 2011, comenzó la carrera con entusiasmo y compromiso. “Mis primeros recuerdos tienen que ver con viajar en el Etacer leyendo El grito manso de Paulo Freire”, cuenta. De aquellos primeros días también guarda un papelito con una frase de Eduardo Galeano que la acompañó durante toda la carrera: “De nuestros miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios otra razón“.

Durante sus años como estudiante, Elyan participó activamente en diversos espacios de la vida universitaria: el Centro de Estudiantes, la Comisión de Educación y la murga estudiantil La Gran Descajete, experiencias que define como fundamentales en su formación. “Siempre insisto a los y las estudiantes que esos ‘espacios extraoficiales’ también son profundamente formativos. Nos enseñan a trabajar colectivamente, a democratizar la palabra, a pensar y actuar en comunidad”, señala.

Entre 2011 y 2016 transitó la carrera con dedicación. Recuerda el año 2015 como especialmente intenso por las prácticas de Didáctica IV, una instancia clave para su desarrollo profesional. “Fue un recorrido con altibajos y exigencias, pero también con vínculos sólidos: amigos, compañeros y mi ‘pareja pedagógica’ fueron sostén fundamental hasta el final”, afirma.

Su inserción laboral comenzó incluso antes de egresar, en la Escuela Bialik de Santa Fe, donde había sido alumna. Allí coordinó el área de Estudios Judaicos del nivel primario. “Venía con un fuerte bagaje teórico y tuve que aprender a bajar a tierra los conceptos. Las instituciones se mueven con lógicas propias, con tiempos y con personas de carne y hueso. Ese aprendizaje fue tan importante como el universitario”, reconoce.

Tras varios años en la Bialik, en 2023 decidió renunciar para abrirse a nuevas experiencias. Su interés por la formación docente la llevó a desempeñarse como asesora pedagógica en la Escuela Normal de Paraná José María Torres, un rol que transita con entusiasmo y compromiso. “La asesoría no se trata de bajar línea ni de llegar con recetas, sino de acompañar, escuchar y brindar nuevas miradas”, explica.

En su trabajo cotidiano valora especialmente el aprendizaje compartido con colegas, como Alejandra Levrand, directora del nivel primario. “Además de ser colega, es una verdadera maestra. Nos entendemos porque hablamos el mismo idioma. Quienes nos formamos en Paraná nos reconocemos por la mirada pedagógica y el modo de acompañar”, celebra.

Elyan sostiene que la formación universitaria fue decisiva para su manera de entender la educación. “La Facultad nos brindó herramientas teóricas, pero sobre todo un posicionamiento crítico y reflexivo. Nos enseñó a pensar la realidad política, educativa y social desde una mirada ética y comprometida”, afirma.

De sus años como estudiante, conserva una imagen que resume su forma de comprender la enseñanza: la del espiral: “La formación es un espiral: uno vuelve a pasar por los mismos textos, autores y experiencias, pero siempre desde otro lugar. La universidad me regaló herramientas de pensamiento para volver una y otra vez, transformada, a los mismos desafíos”.

Hoy, como docente y asesora, sostiene que el aprendizaje continúa en cada encuentro. “La formación no termina nunca. Se trata de escuchar, aprender del otro y mantener la humildad del estudio como herramienta de transformación”, reflexiona parafraseando al pedagogo Paulo Freire.

Elyan Ajun, en primera persona
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