El emblemático edificio del Correo Argentino, en la esquina de Monte Caseros y 25 de Mayo, se convirtió este viernes 3 de octubre en el punto final de una singular tarea pedagógica. Los alumnos de Francés 2 de la Facultad de Ciencias de la Educación (FCEDU) de la UNER, pertenecientes a las carreras de Comunicación Social y Licenciatura en Educación, concretaron una actividad que combinó la teoría del aula con la práctica real: el envío de postales escritas en francés.
La consigna de la Profesora Cecilia Segovia, quien acompañó al grupo, se enmarcó en el objetivo de enseñar a redactar diferentes tipos de epístolas. De esta manera, los estudiantes no sólo
aplicaron sus conocimientos del idioma para comunicar un mensaje, sino que también recuperaron un formato de comunicación que, si bien es clásico, se mantiene vigente: la postal.
La era digital frente al patrimonio epistolar
Lo notable de la jornada fue que la actividad confrontó a los jóvenes nativos digitales con una institución y un proceso que, para muchos, era completamente ajeno. Varios de los estudiantes confesaron que era la primera vez que ingresaban al Correo de Paraná para realizar un trámite, acostumbrados a la inmediatez de la mensajería electrónica.
La experiencia buscó ir más allá de los ejercicios habituales, trasladando a los jóvenes del ámbito académico a un espacio público con una profunda carga histórica y simbólica, y obligándolos a interactuar con los mecanismos físicos del correo: comprar estampillas, franquear y depositar sus mensajes.
Un ejercicio que cruzó fronteras (y generaciones)
Los futuros comunicadores y licenciados en educación, con sus postales en mano, se dispusieron a completar la cadena del acto comunicativo en otro idioma. El ejercicio no solo fortaleció sus habilidades de escritura y conocimiento de la cultura francesa (al trabajar con un género epistolar particular), sino que también subrayó la importancia de las instituciones históricas en la vida cotidiana de la ciudad y les recordó la lentitud reflexiva de la correspondencia frente al scroll infinito.
El envío de las postales cerró la unidad de trabajo sobre la correspondencia, ofreciendo a los estudiantes una vivencia memorable y tangible de cómo el francés, a través de una simple tarjeta de cartón y un sello, puede cruzar fronteras y conectar personas. La actividad fue un claro ejemplo de cómo la enseñanza de lenguas extranjeras se enriquece al salir del aula para interactuar con la realidad, incluso si esa realidad se descubre por primera vez en la era de los e-mails.