Es licenciada en Ciencias de la Educación por la FCEDU y se encuentra estudiando la Especialización en Gestión y Asesoramiento Pedagógico en la Universidad Nacional de Córdoba. Actualmente se desempeña como coordinadora pedagógica de una academia de contenidos digitales en países de Latinoamérica, en una consultora que ofrece capacitaciones a organizaciones y empresas, y en trabaja en el desarrollo de su propia academia de formación online en pedagogía teatral.
Etelvina Regner es oriunda de Nogoyá, Entre Ríos, y actualmente reside en Córdoba. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Educación en la FCEDU-UNER y a partir de esa formación, su trayectoria profesional se diversificó en proyectos pedagógicos que cruzan ámbitos formales, no formales y digitales. En esta entrevista, repasa en primera persona una historia que comenzó en la duda y el desconcierto, pero que se transformó con el tiempo en una vocación y una manera de habitar el mundo.
Una elección nacida del desconcierto
“No fue una decisión lineal ni planificada”, cuenta Etelvina sobre el inicio de su camino universitario. “Casi podría decir que fue el resultado de un desconcierto, de una búsqueda más visceral que racional”, confiesa. Corría el año 2009 cuando, como tantas y tantos jóvenes, comenzó la carrera sin saber cuánto y cómo moldearía su futuro ese proceso de formación. Hoy, sin embargo, puede afirmar con certeza que fue una de las decisiones más profundas y transformadoras de su vida.
Criada en una familia donde la educación tenía un lugar central, reconoce que su vocación se gestó observando a su madre, trabajadora del ámbito educativo durante toda su vida. Le llamaba la atención cómo, a través de diferentes medios, buscaba el contacto con otras personas, las acompañaba, les enseñaba, generaba procesos de transformación. “Sin saberlo entonces, fue allí donde nació esta vocación: en el misterio y la belleza de ese vínculo pedagógico”.
A lo largo del tiempo, la formación recibida en la FCEDU no sólo le brindó herramientas para intervenir en contextos educativos diversos, sino que también le ofreció una nueva forma de leer el mundo. Etelvina describe esa transformación como una mirada amplia y estratégica, que le permitió trabajar en educación no formal, coordinar equipos, diseñar propuestas pedagógicas, analizar contenidos y construir estrategias formativas desde distintos espacios.
Actualmente se desempeña como coordinadora pedagógica en Funiversity, una academia de contenidos digitales para niñas, niños y adolescentes que trabaja en Argentina y otros países de América Latina. Además, está dando forma a un nuevo proyecto personal: Dionea, una academia de formación online en pedagogía teatral, dirigida a todas las personas que enseñan, en cualquier ámbito. La propuesta busca integrar el lenguaje del teatro como recurso didáctico y pedagógico para enriquecer las experiencias educativas. “La idea es ofrecer diferentes herramientas que puedan impulsarse en cualquier tipo de espacio educativo o relación pedagógica donde alguien enseñe y alguien aprenda”, explica.
Etelvina también forma parte de una consultora que ofrece capacitaciones orientadas al desarrollo de competencias y entrenamiento laboral para organizaciones, empresas o equipos de trabajo. En ese marco, coordina grupos docentes, analiza contenidos y propone estrategias para el fortalecimiento de procesos pedagógicos.
Primera generación universitaria: la universidad pública como derecho
Ser la primera universitaria de su familia marcó un hito personal y resignificó su paso por la universidad pública. Etelvina subraya que no se trata sólo del acceso al conocimiento, sino de las condiciones materiales que la hicieron posible: residir lejos de su ciudad natal, contar con un comedor, participar en proyectos de investigación y crecer a nivel personal y profesional.
“La universidad pública es imprescindible para el ascenso social, cultural e intelectual de cualquiera que quiera estudiar”, afirma, y remarca la importancia de su presencia territorial: “Democratiza el acceso de cualquier estudiante de cualquier parte de la provincia. Me pone muy contenta que exista en Entre Ríos”.
Asimismo, reconoce que todas las experiencias transitadas fueron posibles gracias a los aprendizajes construidos en la carrera. “Todo eso lo puedo hacer gracias a los cimientos que me dio la Facultad. Porque esta carrera no se queda en el aula: nos enseña a pensar lo educativo en cualquier espacio donde alguien enseña y alguien aprende”, destaca.
En ese sentido, valora especialmente la capacidad de análisis y reflexión que fue construyendo como parte de su formación, una capacidad que hoy le permite diseñar propuestas de mejora, leer con profundidad distintos contextos y pensar herramientas para el desarrollo integral de las personas a través del aprendizaje.
Una búsqueda constante
Desde 2020, Etelvina vive en Córdoba, donde está finalizando una Especialización en Gestión y Asesoramiento Pedagógico en la Universidad Nacional de Córdoba. Aun con años de experiencia, sigue eligiendo la universidad pública para profundizar su formación, generar nuevos conocimientos y fortalecer el campo profesional de las Ciencias de la Educación.
“La formación no termina, porque esta profesión es una búsqueda constante”, asegura. Y al mirar en retrospectiva, reafirma con convicción la elección de tantos años atrás: aquella joven desconcertada de 2009 tomó una gran decisión. Una decisión que no sólo le dio una profesión, sino una forma de estar en el mundo.