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Alimentación Saludable: nutriendo el cuerpo, la mente y el corazón

La buena alimentación no sólo es una cuestión de peso. Saber alimentarse mejora notoriamente la calidad de vida y previene todo tipo de enfermedades. Ya lo dijo alguna vez La Rochefoucauld «Comer es una necesidad pero comer inteligentemente es un arte»
Este arte se puede estudiar y lo más importante: se puede transmitir. Si alguien sabe de alimentación dentro del Departamento de la Mediana y Tercera Edad, es la Licenciada en Nutrición Laura Bergamaschi.
Laura es integrante del equipo coordinador del Departamento y fue quién propuso el Taller de Cocina Saludable, como un modo de poder transmitir lo aprendido y de compartir lo que tanta pasión le despierta. Este taller se desarrolló durante tres años en la Unidad Penal Femenina Nº 6 de Paraná, «Concepción Arenal».

La modalidad del taller estaba dividida en dos partes, una teórica dónde aprendían conceptos básicos de nutrición, de cocción y demás. Y otra parte práctica dónde elaboraban sus productos. La práctica se realizaba dentro de un área de la cárcel conocida como el Taller de Pastas, una cocina donde las internas preparan por encargos. Es decir, elaboraban sus productos a pedido de personas que trabajan dentro del servicio penitenciario y también para personas ajenas a él.
Además de estas viandas pre-establecidas, las internas realizan otro tipo de encargues como tortas o servicios de catering para fiestas. Hasta hubo una oportunidad en que se incorporó comida apta para diabéticos bajo la supervisión de la docente.
La meta principal del taller era enseñarles a cocinar con elementos saludables, no sólo con el objetivo de la venta de los productos, sino como una forma de mejorar su calidad de vida y sus posibilidades laborales una vez que salieran de la cárcel. Hablamos de un afuera por que dentro de la Unidad las internas no pueden degustar sus productos, de allí radica la importancia de un certificado para cuando cumplan su condena. Para la docente dar clases es su lugar en el mundo, y le gratificaba enormemente otorgarles un certificado sabiendo que no iba a poder reducir sus condenas, pero sí darles la posibilidad de hacer algo con todo lo aprendido.

Durante los primeros dos años, todos los elementos necesarios para la elaboración de los alimentos eran provistos por la Unidad Penintenciaria. Muchas de las viandas llevaban etiquetas con la descripción del producto y sus ingredientes. Incluso en un momento surgió la posibilidad de generar una marca de comida saludable con su propio logo. Sin embargo, la venta nunca resultó fácil. Esto obedece a los prejuicios sobre la comida saludable. Asusta bastante la idea de las harinas integrales, de la comida sin sal, no es fácil acostumbrar el paladar a los nuevos sabores.

El taller se desarrollaba con éxito hasta final de año. En una ocasión coincidió el final del taller con el acto de colación del secundario. Ese día las alumnas del taller prepararon todos los bocaditos para el acto armando para ello una mesa especial de recepción. Todo el mundo degustó los bocaditos felicitando a las cocineras por sus productos.
Como corolario del taller y souvenir, la docente les obsequió un delantal que llevaba impreso el nombre personal y además decía «Taller de Cocina Saludable».

 

Si algo que debe destarcarse en esta experiencia fue el doble aprendizaje, el de las alumnas y el de la docente. Aprender a mirar de otra forma, a conocer, a no prejuzgar a las internas.
Aprender a establecer sanos vínculos siempre desde el respeto y la buena voluntad para avanzar y capacitarse. Las asistentes del taller tenían asistencia perfecta, y hasta llevaban recetas que encontraban en las revistas.

Atreverse a transitar un taller les dió no sólo la posibilidad de empoderamiento, sino de contar con sólidos conocimientos que le permitan llevar una vida plena de derechos. Quizá muchas de ellas tenían reclusión perpetua, pero el hecho de compartir un buen momento con sus compañeras y de crear con sus propias manos significaba un alimento más que saludable: un alimento para la mente y el corazón.

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